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Reflexiones de una disidente covid-19

Con el enfoque actual de impedir cualquier contacto entre las personas hasta que haya vacuna para la covid- 19, el leit motiv de muchos gobiernos parece ser amedrentar a la población cuanto más mejor, así como controlar y reprimir sin reparar en las consecuencias o en los derechos humanos que pudieran conculcarse. Y, por supuesto, en el futuro validar y posiblemente hacer obligatoria una vacuna exprés aunque sea a base de manipulación genética y eximiendo a las farmacéuticas de cualquier responsabilidad por los efectos secundarios.

Muchas personas hemos mostrado nuestro desacuerdo con unas medidas de catastróficas consecuencias sociales (por ejemplo aquí y aquí). Sin embargo, prácticamente ninguna de las opiniones divergentes ha tenido cabida en los medios de comunicación principales. Científicos de alto nivel (como este o este) han sido marginados y «rectificados«. Cualquier disidencia se cataloga como bulo por los ahora omnipresentes fact checkers (verificadores de noticas).

Los fact checkers se proclaman neutrales e independientes, pero es fácil indagar sobre cómo se coordinan internacionalmente y cómo se financian. Véanse, por ejemplo, este reportaje o este informe , ambos de periodistas sin conflicto de intereses y solo en base a fuentes originales, no a teorías.

Por descontado que hay también noticias falsas y teorías sin base científica por doquier; pero hay una ofensiva organizada contra los medios independientes, cuyos videos son eliminados una y otra vez de Youtube.

Se tergiversan enfoques alternativos como el de Suecia que, recordemos, nunca cerró las escuelas (con buen resultado), nunca confinó a la población

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