Feminizar el poder

Debemos agradecer a Pablo Iglesias que, al hablar de la feminización de la política, haya puesto sobre la mesa un gran tema. Bendita ocasión para abordar esta cuestión central en el movimiento feminista que, hasta ahora, no había conseguido atraer la atención de muchos compañeros.

Antes, destaquemos con alegría lo muchísimo que puede activar cualquier debate social el líder de una formación política con 71 escaños por medio de unas simples declaraciones. Esto da una idea del éxito que podría tener una verdadera campaña pedagógica en pro de los cambios estructurales que esta sociedad necesita urgentemente para la igualdad de género y, más ampliamente, para la equidad social.

Pablo Iglesias nos explica que “el espacio fundamental de la política no es el Parlamento”. Pues bien, en ese sentido amplio, la política no es homogénea sino que presenta zonas feminizadas y zonas masculinizadas. Más concretamente, está feminizado el trabajo de base y todo lo que tiene que ver con el cuidado. Por otro lado, está masculinizado el Parlamento y todo lo que tiene que ver con el poder.

El protagonismo de las mujeres en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca es un buen ejemplo. De hecho, como manifiesta  Ada Colau, ese protagonismo es una continuación de su/nuestra dedicación al cuidado. Las líderes de la PAH son sobre todo mujeres, y los banqueros desahuciadores son sobre todo hombres. O sea, la División Sexual del Trabajo sigue en pie.

Lo que hay que feminizar, pues, no es la política en general sino más exactamente el poder. ¿Cómo? Muy fácil: con medidas de paridad a todos los niveles. En rigor, más que de “feminizar” deberíamos hablar de “des-masculinizar”, para llegar a unos poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) “normalizados”, “paritarios” o “equilibrados”. Cuestión de democracia nada más, y nada menos.

Las dudas sobre si las mujeres que se incorporan a puestos de poder pudieran no servirnos si no son suficientemente feministas, o femeninas, o demasiado mucho o demasiado poco de cualquier otra característica, siguen ilustrando el doble rasero por el que se nos juzga: un hombre, en cualquier situación, pertenece al “espacio de los iguales” (así Celia Amorós), iguales en consideración y diversos individualmente; mientras que una mujer siempre pertenecerá al “espacio de las idénticas” y será juzgada en referencia a los comportamientos uniformes esperados del grupo. O sea, los hombres son ante todo seres humanos; las mujeres, mujeres ante todo.

En particular, el miedo a que se masculinicen las mujeres que acceden al poder es muy antiguo y ya ha sido tratado por muchas autoras. En España, debemos especialmente a Celia Amorós y a Amelia Valcárcel que, en el momento en el que nos jugábamos importantes avances en paridad, nos quitaran esas telarañas de la cabeza.

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Segregación sexual: ¿a favor o en contra?

El pasado 18 de Octubre, el Congreso de los Diputados aprobó (con solo dos votos en contra) una Proposición No de Ley (PNL), presentada por PODEMOS, que urge al Gobierno a establecer un calendario completo de aumento del permiso de paternidad desde las dos semanas actuales hasta las 16 que dura el de maternidad, haciendo ambos completamente intransferibles. Como consecuencia, por fin, ha saltado al debate público la necesidad de esta reforma por la que la Plataforma ciudadana  PPIINA viene trabajando desde hace once años.

Si esta propuesta se aprobó casi por unanimidad es porque la sociedad ya no acepta el actual sistema, que se traduce en segregación sexual: si eres mujer te tocará la mayor parte de los cuidados y del trabajo doméstico; mientras que si eres hombre estarás alejado de esos menesteres «femeninos». En el empleo, si eres hombre tendrás más probabilidad de ser jefe, electricista, metalúrgico o cualquier otra profesión «masculina», mientras que si eres mujer es más probable que seas precaria, cuidadora, maestra o enfermera. ¿No es equivalente a la segregación racial o al sistema de castas?

Conceder al padre un permiso de igual duración que el de la madre, completamente intransferible y pagado al 100%, es un éxito asegurado para incorporar a los hombres al cuidado en igualdad con las mujeres. Aún más, solo con aprobarse tendría el efecto inmediato de reconocer que ese es el objetivo y que va en serio. En resumen, contribuiría significativamente a la disolución de la segregación sexual.

Todo esto está tan claro que pocas personas lo contradicen explícitamente. De hecho, la verdadera dificultad para que la PNL aprobada se convierta en ley efectiva es la ofensiva de Ciudadanos, que dice estar de acuerdo pero pretende desactivarla mediante una propuesta trampa. Esta propuesta, apoyada por medios de comunicación como El País y pactada con el PP, consiste en conceder permisos teóricamente iguales pero con una parte transferible que llaman «de libre distribución dentro de la pareja». Y ahí está la trampa: esa parte transferible se la tomarían las mujeres mayoritariamente, convirtiéndose en las cuidadoras principales (y en precarias). Así, se mantendría esencialmente la segregación por sexos de las tareas y de los espacios.

No es de extrañar que los poderes dominantes se opongan a que los hombres asuman el cuidado en la misma medida que las mujeres. Pueden aceptar, si no queda más remedio, que una minoría de mujeres asuman puestos relevantes (menos mujeres y menos relevantes), pero son tremendamente refractarios a la idea de que los hombres se incorporen a las tareas de cuidados en igualdad con las mujeres.

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¡Socorro, a las mujeres nos quieren dar!

Debemos preguntarnos cómo es que, durante toda la llamada crisis, las únicas políticas no cuestionadas, e incluso ampliadas, han sido las relacionadas con el matrimonio y la maternidad. En el IRPF se han introducido nuevas desgravaciones familiares y se ha mantenido la tributación conjunta de los matrimonios (eso sí, evitando en todo momento nombrarla); en las leyes de rebaja de las pensiones se han introducido compensaciones por maternidad; se ha alargado hasta los 12 años de la criatura el derecho a reducción de jornada; y así sucesivamente.

Sin embargo, el presupuesto para los servicios públicos se ha reducido; el legislado aumento en 2 semanas del permiso de paternidad sigue congelado; y las reformas laborales han aumentado la “flexibilidad en el empleo”. Así, tenemos una mano de obra en general cada vez más precaria, con más disponibilidad para la empresa, y una mano de obra femenina que es invitada a descolgarse del empleo cuando hay alguien a quien cuidar.

Para ello se ofrecen a las mujeres incentivos y promesas de futuro, pero no ingresos suficientes. Las prestaciones para el cuidado son misérrimas y no generan derecho a prestaciones de desempleo. Y, por supuesto, no se les ofrece la posibilidad de compatibilizar empleo de calidad con maternidad.

También se han reducido los recursos para paliar las consecuencias de este modelo desigual, que ya eran escasos. Muchas mujeres mayores siguen teniendo que malvivir con una pensión no contributiva de 368 euros, sin que nadie se acuerde de que en su día se les ofrecieron “facilidades” que terminaron costándoles su empleo. Los servicios de atención a las víctimas de violencia de género están cada vez más desbordados y con menos medios. Poco o nada se les ofrece a las que quieren abandonar su situación de dependencia económica, que ya es una situación violenta en sí misma.

En este contexto, Ciudadanos nos propone una “extensión de los permisos de maternidad y paternidad… en 8 semanas respecto a las 18 semanas actuales, con lo que ambos progenitores pasarían a tener 8 semanas iguales e intransferibles cada uno y otras 10 semanas que podrán ser compartidas entre ambos”.

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Cuidadoras welcome

ecientemente se ha celebrado en Madrid el I Congreso de Empleo de Hogar y Cuidados. Hay que empezar felicitando al Ayuntamiento de Madrid por haber acogido, escuchado y servido de altavoz para el grito de las trabajadoras del sector del cuidado, y especialmente de las empleadas de hogar; lo que no habían hecho los gobiernos municipales anteriores.

Está muy bien que una institución pública se sume a la queja de las personas discriminadas, pero su función primordial es solucionar los problemas y asegurar los derechos dentro de su nivel competencial. ¿Y qué mejor ocasión que un congreso sobre cuidados organizado por un Ayuntamiento para abordar la actual desatención a las personas dependientes y a la infancia, así como la desesperada situación de las personas (mujeres) que están cuidando en el hogar sin derechos por falta de servicios públicos? ¿Acaso no es el objetivo más importante de un Ayuntamiento el bienestar de sus vecinos/as?

El Congreso se centró en los problemas de las empleadas de hogar y de las personas (mujeres) que están súper-explotadas por las empresas de cuidado a domicilio; pero no se trató la responsabilidad del Ayuntamiento en esa situación. Hubiera sido muy de agradecer, por ejemplo, alguna información sobre si se está intentando re-municipalizar y mejorar la atención a domicilio, que actualmente tiene en gran parte adjudicada la empresa EULEN. Más aún aprovechando la presencia de la Primera Teniente Acaldesa y Concejala del Área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo.

¿Socialdemocracia sin mujeres?

En la pasada campaña electoral ha tenido lugar un redescubrimiento de la socialdemocracia que, como explica Vicenç Navarro, no es ni más ni menos que la vía democrática al socialismo, aplicando a las políticas sociales el principio «a cada cual según sus necesidades y de cada cual según sus posibilidades».

Qué bien, dijimos muchas, ahora van a entrar en campaña las políticas de reforma estructural que auparon a Suecia hasta los primeros puestos en igualdad social y de género, en renta per cápita, en competitividad, en buena demografía, etc. Ahora, por fin, todas y todos vamos a tener derechos y vamos a contribuir a la sociedad sin barreras ancestrales.

Pues no, por el momento todo eso no ha pasado. Y la clave está en que nuestros políticos siguen ignorando que este 50% de la población que somos las mujeres puede y debe incluirse en el empleo como los hombres; y que el 50% de la población que son los hombres puede y debe asumir su mitad de los cuidados. No es que nieguen este principio, es que simplemente se olvidan.

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El «modelo nórdico» de Ciudadanos

Ciudadanos plantea una reforma de los permisos de maternidad/paternidad que resulta absolutamente novedosa en nuestro país y que en principio podría parecer atractiva según la enuncian en su programa: “acercarnos al modelo nórdico, con una baja parental más igualitaria de 26 semanas, de las cuales 8 estarían reservadas para cada progenitor, y las 10 restantes podrían ser compartidas”. Esta reforma, dicen, “aumentaría la corresponsabilidad entre los padres, ayudaría a reducir la discriminación de la mujer en el mercado laboral y facilitaría una mejor conciliación laboral”.

Efectivamente, Ciudadanos tiene razón cuando afirma que los permisos son una pieza clave en política social, y cuando explica cómo la actual desigualdad (16 semanas de permiso de maternidad y solamente 2 de paternidad) tiene efectos devastadores en el empleo femenino y en la familia. Pero el problema de su reforma es que, a pesar de su apariencia neutral, se traduciría en que la inmensa mayoría de las madres se tomarían 18 semanas (sus 8 intransferibles más las 10 “compartidas”), mientras que los padres se tomarían 8 semanas; los permisos transferibles (generalmente llamados parentales) actúan siempre como una prolongación de los permisos de maternidad en todos los países.

Así que la pregunta es: ¿por qué proponen un sistema que llaman “más igualitario”, cuando ya estábamos a las puertas de conseguir un sistema verdaderamente igualitario?

La PPIINA lleva 10 años trabajando por el aumento del permiso de paternidad hasta alcanzar las 16 semanas, de tal manera que los permisos sean de igual duración para cada persona progenitora, completamente intransferibles como los demás derechos sociales, y pagados al 100% como ahora está el permiso de maternidad.

Ya en 2012, la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados reconoció por unanimidad que esta reforma es necesaria, aunque no llegaron a dar el paso de aprobarla; a la hora de la verdad siempre había otras cosas más importantes que impedían que la propuesta llegara al orden del día del Pleno.

Y hete aquí que ahora Ciudadanos pone en primer plano su “novedosa” propuesta, ignorando todo el proceso parlamentario anterior. Además, proponen que se lleve a cabo en los primeros 100 días de la legislatura y de golpe, sin ni siquiera calendario de implantación progresiva. Se acabó, pues, la relegación del tema de los permisos a la Comisión de Igualdad; se acabó también el teatro de que “la situación económica no lo permite”; esta propuesta va en serio y no es momento de escatimar.

¿Por qué tiene Ciudadanos tanta urgencia en reformar los permisos? Y sobre todo, ¿conseguirá convencer a los demás partidos de que abandonen su compromiso con la equiparación del permiso de paternidad al de maternidad, para votar por su reforma, aplazando así la igualdad real de los permisos “sine-die”?

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Entrevista en Más de la Mitad (por Cristina Andujar)

Cristina Andujar me ha hecho esta entrevista para el blog Más de la Mitad, de 20 Minutos. Ha sido una experiencia muy agradable conversar con ella, y el resultado me ha encantado. ¡Muchas gracias, Cristina! Ahí va su artículo:

María Pazos Morán es una de las mujeres que piensan que una sociedad  en igualdad es posible y por ello pone todo su empeño y experiencia en conseguir este objetivo. Más en concreto, se centra en el análisis de políticas económicas necesarias para avanzar en la igualdad de género.

La inquietud y compromiso de María con los derechos de las mujeres no surge de la nada “Esto es algo que lo ves desde pequeña, todas lo hemos vivido en la familia, de entrada ya desde la más tierna infancia, nos discriminan frente nuestros hermanos, tenemos mucha menos libertad de movimiento,  muchas menos oportunidades y vemos también que nuestras madres están discriminadas”. Es inevitable que una mujer se sienta identificada al leer estas palabras, pues muchas podemos pensar que es algo que solo pasa en nuestra familia. Pero si miramos a nuestro alrededor comprobaremos que no es un caso aislado que sólo sucede en nuestro hogar sino sistémico.

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Unidxs Sí Podemos

Para comprender la furia de muchas feministas contra el nombre masculino de la coalición entre IU y Podemos (Unidos Podemos), hay que tener en cuenta que ha sido la guinda de un pastel que hemos visto cocinarse entre hombres sin ningún remilgo.

En este caso duele más porque son nuestros compañeros; los que nos dan la razón y aguantan nuestros chaparrones con mala conciencia pero consideran que el feminismo es cosa de las áreas “mujer” o “feminismos”; llegando a declarar que ocuparse de estos temas sería vulnerar la autonomía de esas áreas. Ellos se disculpan porque “no se puede saber de todo”. Según ellos, nosotras somos las que sabemos, aunque ellos no dejan de tener una opinión: “estáis mejor que antes”, dicen.

Ellos y nosotras. Y, a la hora de la verdad, nos escuchan un minuto, nos dan los puestos pares o ponen un añadido en el programa (ahí ya no se acuerdan de decir que no saben). Creen que con eso cumplen; no les cabe en la cabeza que nosotras no aceptemos menos que ser iguales, o sea dejar de ser “nosotras” y que dejen de ser “ellos”.

¿Y los demás partidos? Comprendo que la crítica a UP nos ocupe más espacio porque nos cae más cerca, pero no debemos olvidar que a los otros partidos no les vemos porque nos han hecho concebir menos expectativas. Reconozcamos con tristeza que lo que se critica ahora a UP lo tienen todos con creces, más cuanto más a la derecha. No, claro, eso no les disculpa.

Hasta aquí mi contribución a la queja más que fundada. Y ahora, siguiendo el criterio de Celia Amorós, pasemos del “memorial de agravios” a las reivindicaciones feministas.
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«Trailer» de Desiguales Por Ley en paraquetuveas.com

Para Que Tú Veas ha grabado e incluído este vídeo donde explico en unos minutos de qué trata el libro Desiguales Por Ley

Según Nuria Lapastora, artícice de Para Que Tú Veas, este es «un proyecto feminista que trata de hacer visible esa realidad que se nos oculta. Pretende acercar una perspectiva holística de todos aquellos temas que solo se cuentan desde una mirada androcéntrica«.

Ambicioso proyecto que por el momento va sobre ruedas. Se acaba de presentar y ya tiene un montón de materiales interesantísimos.

El subtítulo con el que la autora bautiza la web es muy ilustrativo: «de la queja a la acción«. Porque, en efecto, se trata de ver, entender y actuar. Somos muchas mujeres, y cada vez más hombres, quienes estamos denunciando este sistema injusto que nos hace miserablemente infelices. Si seguimos juntando nuestras energías, estudiamos profundamente los fenómenos y elaboramos estrategias bien enfocadas, podemos cambiar la sociedad. Porque ¡otra sociedad es posible y urgentemente necesaria!

Gracias, Nuria, ¡y buen viento!

 

 

Debate sobre Políticas Públicas y Brecha Salarial de Género: 30 Mayo en el Instituto de Estudios Fiscales

El 30 de mayo por la tarde (16:00 A 19:45), en el Instituto de Estudios Fiscales, tendremos este debate. Aquí el programa completo.

La brecha salarial entre hombres y mujeres no solo no se reduce sino que en España ha crecido sustancialmente desde 2010. Sin embargo, no es inevitable. Se puede eliminar,y para ello debe estudiarse, visibilizarse, escuchar a las personas que la sufren, investigar las causas… y en consecuencia, cambiar las políticas públicas para acabar con esta situación intolerable en una sociedad democrática.

Abordaremos el tema en tres sesiones:

1.- ¿Cuál es el problema?: Coral del Río Otero y Teresa Torns Martín

2.- Presentación de algunos casos: Camareras de piso (Ana Lucía Nacher Cobo); Empleadas de hogar (Isabel Otxoa Crespo); y Cuidadoras «informales» (Ángeles Briñón García)

3.- Propuestas para eliminar la brecha salarial de género: Priya Álvarez Castiñeiras y María Pazos Morán

Como veréis por el programa, hay tiempo para el debate: ¿qué se ha  hecho hasta ahora?; ¿por qué no ha funcionado? ¿qué propuestas hay? Y cuantas cuestiones os parezca que debemos abordar.

Nos vemos el 30 de mayo! No os olvidéis de apuntaros para reservar sitio!