El feminismo y los permisos igualitarios

El 1 de enero de 2021 se completó el calendario de equiparación a 16 semanas de los permisos por nacimiento para cada persona progenitora, de tal manera que ya son iguales, intransferibles y pagados al 100%. Esta reforma responde a una lógica elemental e inapelable: si queremos que los hombres cuiden igual que las mujeres, debe concedérseles el mismo permiso para hacerlo; y, si queremos que las mujeres estemos en pie de igualdad en el empleo, deben ponerse los medios para que no seamos la mano de obra con mayor riesgo de ausentarse.
Sin embargo, la lógica no suele dar sus frutos por sí sola. ¿Cómo es que ha sido España el país que ha hecho esta reforma, y no otros más adelantados en igualdad de género? 

Leer entrada completa en elsaltodiario.com

Discriminación a familias monoparentales en el IMV

Orgullosa y agradecida a Luis M. Hernán que me ha permitido asomarme un poquito a su gran y persistente labor solidaria. Él es quien está en el ajo y a quien se debe esencialmente este artículo publicado en publico.es :

Hace pocos días RMI TU DERECHO denunció en un comunicado un nuevo abuso en la gestión del Ingreso Mínimo Vital. Esta vez no se trata de un abuso derivado de que la propia «Ley IMV» (RDL 20/2020) es excluyente de grandes franjas de población empobrecida, lo que ha llevado a que a mediados de diciembre de 2020 se habían denegado tres solicitudes por cada una con resolución positiva. Se trata, para colmo, de una disposición que contradice descaradamente lo establecido por la Ley IMV, en su artículo 10.2. La Seguridad Social se salta la ley.

El asunto es el siguiente: la Seguridad Social ha actualizado la renta garantizada para 2021 de tal manera que a las familias monoparentales de cinco o más miembros no se les aplica el complemento de monoparentalidad que establece la popia Ley IMV; peor aún, se les asigna una renta garantizada inferior a la de cualquier familia no monoparental de igual número de miembros. En resumen: un castigo ilegal a esas familias.

Que existe esta discriminación se comprueba sin más que leer la información sobre cuantías 2021 que da la web de la Seguridad Social:

Leer entrada completa en publico.es

Reflexiones de una disidente covid-19

Con el enfoque actual de impedir cualquier contacto entre las personas hasta que haya vacuna para la covid- 19, el leit motiv de muchos gobiernos parece ser amedrentar a la población cuanto más mejor, así como controlar y reprimir sin reparar en las consecuencias o en los derechos humanos que pudieran conculcarse. Y, por supuesto, en el futuro validar y posiblemente hacer obligatoria una vacuna exprés aunque sea a base de manipulación genética y eximiendo a las farmacéuticas de cualquier responsabilidad por los efectos secundarios.

Muchas personas hemos mostrado nuestro desacuerdo con unas medidas de catastróficas consecuencias sociales (por ejemplo aquí y aquí). Sin embargo, prácticamente ninguna de las opiniones divergentes ha tenido cabida en los medios de comunicación principales. Científicos de alto nivel (como este o este) han sido marginados y «rectificados«. Cualquier disidencia se cataloga como bulo por los ahora omnipresentes fact checkers (verificadores de noticas).

Los fact checkers se proclaman neutrales e independientes, pero es fácil indagar sobre cómo se coordinan internacionalmente y cómo se financian. Véanse, por ejemplo, este reportaje o este informe , ambos de periodistas sin conflicto de intereses y solo en base a fuentes originales, no a teorías.

Por descontado que hay también noticias falsas y teorías sin base científica por doquier; pero hay una ofensiva organizada contra los medios independientes, cuyos videos son eliminados una y otra vez de Youtube.

Se tergiversan enfoques alternativos como el de Suecia que, recordemos, nunca cerró las escuelas (con buen resultado), nunca confinó a la población

Leer entrada completa en publico.es

Documento – propuesta sistema de cuidados

EL CUARTO PILAR DEL ESTADO DEL BIENESTAR. UNA PROPUESTA PARA CUBRIR NECESIDADES ESENCIALES DE CUIDADO, CREAR EMPLEO Y AVANZAR HACIA LA IGUALDAD DE GÉNERO
Coordinado por VICENÇ NAVARRO y MARÍA PAZOS MORÁN
Investigadores/as: POL CARRIÓN HUGUET; CRISTINA CASTELLANOS SERRANO; ROSA MARÍA MARTÍNEZ; FERRAN MUNTANÉ ISART y MERCEDES SASTRE GARCÍA.
Ver documento completo aquí

¡Conciliación otra vez no, gracias!

Últimamente están proliferando propuestas de «Apoyo a las familias para conciliar la vida familiar y laboral cuando concurran circunstancias excepcionales relacionadas con la COVID19» (esta es la formulación de CCOO, pero las demás son del estilo). Todas ellas dan por supuesto que «las familias» necesitamos medidas «de conciliación» para cuidar en casa porque los servicios públicos de atención a la dependencia y de educación (y cuidado) infantil serán aún más deficientes que antes del confinamiento.

Dejémonos de eufemismos; si los servicios públicos no vuelven a funcionar con normalidad  y reforzados, y si no se eliminan las trampas que impiden el uso igualitario de los permisos por nacimiento (como demanda la PPIINA), las mujeres nos veremos cuidando en casa, más que hasta ahora y en condiciones aún más draconianas.

El término «conciliación» surgió cuando, en la ola feminista de los años 1960, las mujeres abandonamos masivamente nuestra antigua posición de amas de casa. A partir de ahí, fueron estableciéndose «facilidades» para que las mujeres abandonen (parcial o totalmente) sus empleos cuando hay necesidades de cuidado en las familias.

Pero las mujeres fuimos viendo que la conciliación era una trampa que nos hace cuidar y trabajar en condiciones precarias, mientras que los hombres siguen alejados de los cuidados y detentando las posiciones preeminentes en el empleo. Así descubrimos el término «corresponsabilidad»: queremos que los hombres asuman la mitad del cuidado y queremos tener las mismas oportunidades en el empleo. La única manera de conseguir estos objetivos es la universalización de los servicios públicos de cuidado, los permisos igualitarios y las jornadas de trabajo a tiempo completo cortas y estables.

Leer artículo completo en publico.es

Consejos para evitar el confinamiento y el colapso

Cada mañana nos despertamos (si hemos dormido) a este arresto domiciliario de toda la población que casi nadie hubiera podido anticipar. Ahora se nos anuncia que nunca recuperaremos la libertad más que de forma provisional y parcial. Se nos augura un segundo gran encierro para dentro de unos meses y se nos dice que tendremos que acostumbrarnos a «una nueva normalidad».

Sigue pendiente el debate sobre si este confinamiento era una medida adecuada, y si era necesario hacerlo tan estricto como en España, o se podría haber optado por la orientación de países como Suecia, tal como se explica aquí. Tendremos que evaluar la relación del pánico generado con el abandono o encierro en condiciones dantescas de muchas personas mayores, esas a las que se trataba de proteger, y con el colapso de las urgencias en los hospitales.

Tendremos que evaluar también las consecuencias del confinamiento sobre los derechos humanos, la violencia de género, los suicidios, los brotes sicóticos y otras enfermedades. Y, por supuesto, sobre la multiplicación del número de personas que no tienen para comer, en nuestro país y en los demás. La pobreza mata, recordemos.

Pero la cuestión ahora es si podríamos prevenir que los confinamientos y el distanciamiento social sean la «nueva normalidad».

Nos enfrentamos a amenazas letales relacionadas entre sí: crisis climática; contaminación del aire, del suelo y de los alimentos; aumento exponencial de las enfermedades; crisis sanitarias, debacle de los servicios públicos; desigualdad social y la pobreza extrema; crisis migratorias y de derechos humanos… Podríamos visualizar un esquema con estos elementos y flechas que los unieran a todos con todos.

No pretendo dejar de hablar del coronavirus, al contrario, porque esta crisis es la cristalización de todas las demás; el callejón sin salida (metafórica y literalmente) al que hemos llegado; el mazazo en la cabeza que se nos ha dado a la humanidad y del que podríamos sacar conclusiones sensatas para abandonar nuestro actual rumbo insensato hacia el colapso.

Leer artículo completo en publico.es

Las de otra pasta

Una de las imágenes que se grabaron a sangre y fuego en mi cerebro infantil fue la de un terrateniente dando un melón medio podrido a un mendigo. Luego aprendí conceptos que, curiosamente, no se enseñaban en la escuela en aquellos tiempos oscuros. Aprendí que desde 1948 ya existía la Declaración de los Derechos Humanos, aunque es cierto que no se toma tan en serio como debiera.  Aprendí que, tras duras luchas, la clase obrera ha conquistado derechos laborales, e incluso hay un Estatuto de los Trabajadores.

Nuestra sociedad ha cobrado conciencia de derechos como el de una vivienda digna, un trabajo decente, unos ingresos mínimos, integridad física y moral. Cuando estos derechos se vulneran, se produce un rechazo social.

Pero desgraciadamente esta sensibilidad hacia la injusticia, ese sentido de la equidad y de la solidaridad arduamente forjada, aún no se aplica a los colectivos femeninos, y en particular a los que realizan tareas de cuidados.

Las mujeres que cuidan en su hogar a personas dependientes (llamadas «cuidadoras informales») están de servicio día y noche, 7 días a la semana y 365 días al año.  Casi medio millón de ellas están recibiendo la prestación por cuidados en el entorno familiar de la Ley de Dependencia (llamada popularmente «paguita»), cuyo importe mensual es bastante menor que la mitad del salario mínimo. ¿A cómo les sale la hora? Más que nada, se dice, y es verdad; tan verdad como lo es un melón medio podrido.

Otras tienen la suerte de ser sustituidas por las auxiliares de ayuda a domicilio durante un par de horas diarias. Se llama popularmente «prestación de respiro», y es incompatible con la «paguita». En todo caso, con «paguita» o con «respiro», ¿dónde están sus derechos humanos y laborales?

Las auxiliares de ayuda a domicilio, por su parte, son víctimas de empresas «multiservicio» que reciben de los ayuntamientos 17 euros por hora y a ellas les pagan 7. Afortunadamente estas trabajadoras se están organizando y acaban de presentar el documental «Las hadas existen«. En ella denuncian sus intolerables condiciones laborales. No se lo pierdan.

Las empleadas de hogar están de servicio 24 horas al día durante 6 días a la semana, pero los llamados «tiempos de presencia» no se consideran trabajo. A nadie se le ocurriría no considerar trabajo las guardias nocturnas del personal médico, de los trabajadores de recepción en los hoteles, de los vigilantes nocturnos, de los policías, de los bomberos…  Pero a las mujeres que cuidan no se les aplican los mismos criterios que a los «trabajadores».

Cuando digo que no entiendo cómo todas esas mujeres soportan semejantes condiciones, frecuentemente oigo la respuesta «es que están hechas de otra pasta». Yo no lo creo así. Creo que la pasta humana es la misma, pero nuestra sensibilidad depende del sistema social.

Estamos en un sistema en el que a las mujeres no se nos ve, y a las mujeres pobres mucho menos. Un sistema en el que las mujeres estamos excluidas del sistema. Una auxiliar de ayuda a domicilio lo decía muy elocuentemente en el documental antes citado: «somos las nadie».

Ojalá la actual ola feminista acabe con la excepcionalidad femenina y nos eleve a la categoría de simples seres humanos. ¡Feliz ocho de marzo combativo!

Artículo publicado en el blog Al Final del Tunel de la Fundación Luz Casanova

Mi libro «Desiguales Por Ley» completo en PDF

Este libro es el resultado de mi trabajo como investigadora, docente y feminista.

Descargar libro completo Desiguales Por Ley en PDF

Título

Desiguales Por Ley. Las políticas públicas contra la igualdad de género.

Síntesis

En lo que conocemos como “mundo desarrollado”, la mayoría de la población se muestra a favor de la igualdad en las encuestas, las leyes ya no distinguen los derechos atendiendo al sexo de las personas, y en muchos países existen “políticas de igualdad”. ¿Cómo es posible que, a pesar de todo ello, persistan las desigualdades entre hombres y mujeres?

En este libro trato de explicar que, más allá de las buenas palabras, las políticas públicas vigentes proporcionan incentivos económicos al mantenimiento de la familia tradicional. A pesar de la retórica oficial, no se ofrecen condiciones materiales para la igualdad.

En el actual contexto de liquidación de las políticas sociales, se argumenta la necesidad de mantener y profundizar estas políticas y de eliminar sus actuales sesgos de género. Apoyándose en la experiencia internacional, esboza una vía para el cambio estructural a una sociedad compuesta por personas sustentadoras/cuidadoras en igualdad.

Este libro contradice de forma argumentada percepciones ancestrales firmemente arraigadas, como que la desigualdad beneficia a la economía, que son las mujeres quienes eligen especializarse en el trabajo doméstico y de cuidados, que los hombres siempre se negarán a asumir su parte y, en suma, que una sociedad igualitaria es utópica. Sobre todo, defiende que justicia social y de género son inseparables y que las reformas propuestas beneficiarán a todos los seres humanos.

Índice

  • PRÓLOGO de Soledad Gallego-Díaz
  • INTRODUCCIÓN
  • CAPÍTULO I: Bases para una economía política feminista
  • CAPÍTULO II: Sistemas de impuestos y prestaciones
  • CAPÍTULO III: ¿Caballerosidad impositiva? ¡No, gracias!
  • CAPÍTULO IV: La aplastante lógica del sistema de pensiones
  • CAPÍTULO V: Sistemas de atención a la infancia y a la dependencia… ¿para las mujeres?
  • CAPÍTULO VI: Hacia la igualdad

Descargar libro completo Desiguales Por Ley PDF

Nota: este PDF es la primera edición. En la segunda edición hay tambien un epílogo de Bibiana Medialdea muy interesante.

Segregación sexual: ¿a favor o en contra?

El pasado 18 de Octubre, el Congreso de los Diputados aprobó (con solo dos votos en contra) una Proposición No de Ley (PNL), presentada por PODEMOS, que urge al Gobierno a establecer un calendario completo de aumento del permiso de paternidad desde las dos semanas actuales hasta las 16 que dura el de maternidad, haciendo ambos completamente intransferibles. Como consecuencia, por fin, ha saltado al debate público la necesidad de esta reforma por la que la Plataforma ciudadana  PPIINA viene trabajando desde hace once años.

Si esta propuesta se aprobó casi por unanimidad es porque la sociedad ya no acepta el actual sistema, que se traduce en segregación sexual: si eres mujer te tocará la mayor parte de los cuidados y del trabajo doméstico; mientras que si eres hombre estarás alejado de esos menesteres «femeninos». En el empleo, si eres hombre tendrás más probabilidad de ser jefe, electricista, metalúrgico o cualquier otra profesión «masculina», mientras que si eres mujer es más probable que seas precaria, cuidadora, maestra o enfermera. ¿No es equivalente a la segregación racial o al sistema de castas?

Conceder al padre un permiso de igual duración que el de la madre, completamente intransferible y pagado al 100%, es un éxito asegurado para incorporar a los hombres al cuidado en igualdad con las mujeres. Aún más, solo con aprobarse tendría el efecto inmediato de reconocer que ese es el objetivo y que va en serio. En resumen, contribuiría significativamente a la disolución de la segregación sexual.

Todo esto está tan claro que pocas personas lo contradicen explícitamente. De hecho, la verdadera dificultad para que la PNL aprobada se convierta en ley efectiva es la ofensiva de Ciudadanos, que dice estar de acuerdo pero pretende desactivarla mediante una propuesta trampa. Esta propuesta, apoyada por medios de comunicación como El País y pactada con el PP, consiste en conceder permisos teóricamente iguales pero con una parte transferible que llaman «de libre distribución dentro de la pareja». Y ahí está la trampa: esa parte transferible se la tomarían las mujeres mayoritariamente, convirtiéndose en las cuidadoras principales (y en precarias). Así, se mantendría esencialmente la segregación por sexos de las tareas y de los espacios.

No es de extrañar que los poderes dominantes se opongan a que los hombres asuman el cuidado en la misma medida que las mujeres. Pueden aceptar, si no queda más remedio, que una minoría de mujeres asuman puestos relevantes (menos mujeres y menos relevantes), pero son tremendamente refractarios a la idea de que los hombres se incorporen a las tareas de cuidados en igualdad con las mujeres.

Leer entrada completa en eldiario.es

¡Socorro, a las mujeres nos quieren dar!

Debemos preguntarnos cómo es que, durante toda la llamada crisis, las únicas políticas no cuestionadas, e incluso ampliadas, han sido las relacionadas con el matrimonio y la maternidad. En el IRPF se han introducido nuevas desgravaciones familiares y se ha mantenido la tributación conjunta de los matrimonios (eso sí, evitando en todo momento nombrarla); en las leyes de rebaja de las pensiones se han introducido compensaciones por maternidad; se ha alargado hasta los 12 años de la criatura el derecho a reducción de jornada; y así sucesivamente.

Sin embargo, el presupuesto para los servicios públicos se ha reducido; el legislado aumento en 2 semanas del permiso de paternidad sigue congelado; y las reformas laborales han aumentado la “flexibilidad en el empleo”. Así, tenemos una mano de obra en general cada vez más precaria, con más disponibilidad para la empresa, y una mano de obra femenina que es invitada a descolgarse del empleo cuando hay alguien a quien cuidar.

Para ello se ofrecen a las mujeres incentivos y promesas de futuro, pero no ingresos suficientes. Las prestaciones para el cuidado son misérrimas y no generan derecho a prestaciones de desempleo. Y, por supuesto, no se les ofrece la posibilidad de compatibilizar empleo de calidad con maternidad.

También se han reducido los recursos para paliar las consecuencias de este modelo desigual, que ya eran escasos. Muchas mujeres mayores siguen teniendo que malvivir con una pensión no contributiva de 368 euros, sin que nadie se acuerde de que en su día se les ofrecieron “facilidades” que terminaron costándoles su empleo. Los servicios de atención a las víctimas de violencia de género están cada vez más desbordados y con menos medios. Poco o nada se les ofrece a las que quieren abandonar su situación de dependencia económica, que ya es una situación violenta en sí misma.

En este contexto, Ciudadanos nos propone una “extensión de los permisos de maternidad y paternidad… en 8 semanas respecto a las 18 semanas actuales, con lo que ambos progenitores pasarían a tener 8 semanas iguales e intransferibles cada uno y otras 10 semanas que podrán ser compartidas entre ambos”.

Leer entrada completa en publico.es