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Felices juegos olímpicos masculinos

Nos gustan los juegos, sí. Yo, si tuviera unas cuantas vidas más, una la dedicaría a entender de deportes. Por el momento soy una observadora lejana, pero lo que veo lo veo.

Vi un ratito la ceremonia de inauguración, qué ordenaditos todos, no? Aquellas como katas les salían muy bien. Pero ¿por qué eran todos chicos? Si las chicas hacen las katas estupendamente! Vi algunas chicas por allí, aunque en posición de comparsas, como demasiado frecuentemente.

Falta mucho para la igualdad, como se puede ver con solo abrir el periódico: desde países donde ser mujer y deportista está perseguido, a las amargas quejas de casi cualquier mujer deportista en el mundo supuestamente evolucionado. Y, si hablamos de China y los derechos humanos, no podemos dejar de pensar que la mayoría de los países que participan en los juegos pisotean los derechos humanos de las mujeres más que China los de sus ciudadanos hombres (lo que, por supuesto, no es ningún atenuante para China, pero sí un índice del doble rasero de la opinión internacional).

Chicas, ¡miremos y veamos, escuchemos y oigamos! El deporte es el espejo de la sociedad. Cada vez hay más investigación feminista que demuestra las falacias en nombre de las cuales se segregan los deportes en deportes masculinos (llamados ‘deportes’) y deportes femeninos (llamados ‘deportes femeninos’), se aparta a las mujeres de la práctica del deporte (sobre todo desde la pubertad), y se ridiculiza a las deportistas.

Afortunadamente en España las cosas han cambiado mucho, y confío en una nueva generación de mujeres que, como la que hace esta magnifica página web, se rebelan contra la situación. Pero nos falta mucho también para adoptar la óptica de la igualad total y atrevernos a exigirla. Demasiado frecuentemente, en los análsis sobre el deporte femenino, encuentramos afirmaciones como ‘no se trata de crear nuevos mitos de igualdad absoluta ignorante de las diferencias‘, o ‘dejémos los estadios de futbol a los hombres hombres‘, o ‘potenciar el futbol en las chicas es confundir la neutralidad con la cegera frente al género. La perspectiva de género en el deporte debe considerar que las mujeres practicarán deportes que sean más compatibles con sus responsabilidades familiares‘ (una especialista internacional en ‘gender budgeting’).

Mientras las mujeres estén marginadas de los grandes estadios y de los grandes espacios en la televisión pública (con dinero público), y mientras el honor nacional nos lo juguemos con un equipo de una docena de hombres (más hombres o menos hombres, a mí plin!), la igualdad estará a años luz.

Atrevámonos a ir a por todas! A por el futbol, claro que sí, ¡también el futbol! La mitad de todo, ni más ni menos, eso es lo que quieren las jóvenes, las mismas oportunidades, que no les digan lo que no les tiene que gustar y que, cuando les guste lo que sea que les guste, tengan el mismo dinero, los mismos equipamientos y las mismas oportunidades. Las niñas quieren (ya he oido a varias quejarse) que los niños no monopolicen el patio de recreo en la escuela, cosas muy elementales que tienen mucho que ver con el comportamiento de las autoridades, con el dinero público. Sigamos hablando de todo esto, busquemos las propuestas para que no nos escamoteen la mitad de todo. Las que entendéis de deportes, investigad y escribid! Y disfrutad de los Juegos a pesar de todos los pesares!

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Comentario

  1. Buff! los juegos están estupendos, como un festín deportivo. Es verdad que a las chicas se las ve poco, y a los deportes minoritarios lo mismo.
    Entre el patriarcado y el capitalismo los juegos se quedan un tanto sin sustancia, puro espectáculo.
    Reivindico el placer de ver a minoritarios y minoritarias (prácticamente todas las mujeres que compiten), juegan por el placer de jugar, por una gloria pequeña y una bolsa insignificante.
    O sea, porque sí.
    ¿qué mejor razón para vivir?
    ¡Viva el zen y la poesía!
    ¡Viva el placer de jugar!
    Gracias por compartir la emoción, los límites, la inteligencia en todas sus dimensiones, la energía vital, el movimiento, la lucha…
    Bueno, tengo que decir para rematar este post, que ayer en las rebajas, tras la sobredosis olímpica, me compré dos chandals.
    hablando de capitalismo, jeje

  2. «Las niñas, cuando llegan a esa edad empiezan a sentirse incómodas, pierden la libertad. Ya no es lo mismo, las mujeres por su naturaleza no pueden hacer las mismas cosas (que los hombres)» (Oído y escuchado hace 3 min. a una alta ejecutiva de mediana edad)
    ¡Pues anda! Lo que más me ha llamado la atención es que no tenía conocimiento de que las niñas tuvieran libertad, pero supuesto eso la perderían con los cambios hormonales de la adolescencia. He aquí la razón por la que no merece la pena invertir en ellas en asuntos como el deporte.
    Asumimos por tanto que las mujeres (hoy, como en 1949 cuando Beauvoir escribió lo que escribió) no están invitadas -no desde luego en igualdad- a dar vuelo a sus cuerpos ya encadenados de por sí, como tampoco lo están a competir con los hombres en la expansión mental en juegos como el ajedrez porque, según un directivo de la federación española, «de momento no es prioritario».
    Lo dicho, las mujeres mejor que nadie ejemplificamos el concepto existencialista de libertad: lo que hacemos con lo que han hecho de nosotras.
    (Post-post: ¡¡¡So Guay el blog!!!)