El nuevo gobierno tiene la oportunidad de demostrarnos a las mujeres españolas que está decidido a dar un golpe de timón para romper con la senda de desigualdad que las políticas públicas han transitado hasta ahora.
Un Ministerio de Igualdad no es mala noticia. Sin embargo, ya en 1995 en el Congreso de Pekín de la ONU se explicitó que no basta con organismos de igualdad que lleven a cabo las llamadas “políticas de igualdad”. Estas políticas siempre suponen menos del 1% del total del presupuesto público (el Ministerio de Igualdad en 2009 tuvo 81 millones de euros, el 0,47%). Por tanto, no se trata de que el Ministerio de Igualdad haga lo que pueda desde la marginalidad, sino de cambiar la corriente principal de las políticas públicas (la mainstream; de ahí el términomainstreaming de género).