Cuando aquél ángel le dijo a Eva “parirás con dolor”, se olvidó de decir: “y te quedarás sin empleo”. Es más, si hubiera comprendido el fenómeno llamado “discriminación estadística”, hubiera añadido: “pensarás que puedes zafarte de esta maldición si no eres madre, pero te equivocas: las empresas te rechazarán o te pondrán en puestos precarios solo porque puedes serlo”.
Hace ya meses que pasó el día instituido por la Comisión Europea para concienciarnos sobre la discriminación salarial femenina y para aconsejarnos en un emblemático vídeo: “cerrad la brecha salarial de género”, como si estuviera en nuestras manos cerrarla. La brecha sigue ahí, así que será mejor no esperar un año más para seguir intentando comprender sus causas y buscando soluciones que, adelantémoslo, existen.