El tortuoso camino del permiso de paternidad sigue ese curso legislativo errático que resultaría hasta divertido si no fuera un asunto tan serio. Veamos: en diciembre de 2008 el Congreso, por unanimidad, insta al Gobierno a acelerar los trámites para extender el permiso de paternidad a cuatro semanas. Y qué pasa seis meses más tarde? Que el Congreso, también por unanimidad, vota la propuesta del Gobierno de que las cuatro semanas entren en vigor en 2011, o sea dentro de año y medio. ¿Quién dijo aceleración? ¡Señorías, consulten el diccionario! El Gobierno no hizo caso al Congreso, pero es que el Congreso tampoco se hizo caso a sí mismo.
Es que con el permiso de paternidad las cosas son así de extrañas. Las cuatro semanas de marras llevan ahí mareadas desde la legislatura 2000 – 2004, en la que el Grupo Parlamentario Socialista propuso al Pleno del Congreso que las votase nada menos que cinco veces (sí, 5!). Y el PP votaba en contra. Luego, en la legislatura 2004 – 2008 fué al revés: el PP votaba a favor y el PSOE en contra. Ahora votan por unanimidad acelerarlas, y seis meses más tarde por unanimidad retrasarlas año y medio. No es para reir por no llorar?
Por parte de la sociedad civil la cosa es diferente. Tuvimos las jornadas de la PPIINA el 12 de Junio con gran éxito. Aquí están las conclusiones con fotos. Creo que personalmente fué para todas/os una gran experiencia a muchos niveles: ver cómo el trabajo cristaliza en un proyecto sólido; contrastar nuestros argumentos con las/los diferentes ponentes, desde las aportaciones de las dos suecas hasta la del mismísimo Director de la Oficina de la Comisión Europea en España, que declaró contundentemente que nuestro objetivo es perfectamente abordable tanto jurídicamente como presupuestariamente. Para el éxito de estas jornadas llamadas ‘Con su Permiso’, y para la cohesión de la PPIINA, ha sido muy importante realizarlas SIN PERMISO, es decir sin ayuda de subvenciones públicas. Fué un acierto empeñarnos en tirar palante a base de nuestro esfuerzo, en la era de la determinación de la actividad de las ONGs por el hecho de tener subvención para ‘esto’ y no tener subvención para ‘lo otro’.
Seguimos… hasta la victoria, siempre!