Mercado de la Boquería en Barcelona, ¡gran problema!: a la luz del día, dice El País en su editorial del viernes 4 septiembre, «la nueva hornada de prostitutas…. altera con su conducta (el subrayado es mío) la convivencia…. empañando la imagen de la ciudad».
También dice en ese mismo editorial que estas mujeres son víctimas de las mafias que les fuerzan a hacer lo que hacen …o sea, a esa «conducta que altera la convivencia«. Mafias, clientes, anunciantes, …. pero «la conducta» es la de ellas.
Hete aquí que regulacionistas y prohibicionistas (que no es lo mismo que abolicionistas) se muestran de acuerdo: sancionar a las prostituídas que ejercen en la calle (sí, ese es el término correcto, prostituIDAS, aunque no es el que ellos usan.- ellos dicen ‘meretrices’) y legalizar su explotación en lugares cerrados (que no empañen la imagen de la ciudad).
– ¿Y la conducta de los puteros (llamados ‘clientes’)? Leo en El País hoy: «En La Jonquera se han impuesto 106 sanciones: 102 a prostitutas y 4 a clientes». «En Barcelona menos de un tercio de las multas de 2007 fueron para los clientes». En Calviá solo se les castiga a ellas por ‘desobediencia a la autoridad’. A ellos nada, de rositas. Pero es que la prostitución existe porqeu hay ‘clientes’
– ¿Y la conducta de los proxenetas (llamados ‘empresarios’ por los regulacionistas-prohibicionistas)? Esta semana no hemos visto noticias de que la Policía les esté siguiendo la pista según depositan y recogen a sus prostituídas en las esquinas. Tampoco El País ha retirado sus anuncios ni se ha interesado en investigar de dónde viene ese dinero manchado de sangre que recoge con tamaña desverguenza, a pesar de ser el único periódico pretendidamente ‘serio’ de Europa que aún anuncia a las mafias de prostitución en sus páginas
– Y la conducta de los anunciantes? No empaña la imagen de sus periódicos el dinero de las mafias?
No es difícil hacer algo práctico, pero por si acaso resumo (y no es idea mía, Suecia lo hace con éxito):
1) Detener a los ‘clientes’, identificarles, publicar sus nombres, condenarles por pedofilia si estaban comprando a menores y por complicidad si compraban a secuestradas; solo con eso ya se adelantaría mucho. Si además se aprobara una ley como la de Suecia y Noruega, estaría penalizada la compra y se les podría multar, y meter en la carcel en caso de reincidencia.
2) Perseguir a las mafias, están ahí a la luz del día, vamos, chicos, moveos un poquitín…
3) No aceptar anuncios, eh, El País y Cia, ¿no os da verguenza?
4) Proteger a las prostituídas, pero no de boquilla, de verdad; proporcionarles inmunidad. Son VICTIMAS, necesitan recursos, atención humana, sicológica, ECONÓMICA, reinserción laboral, QUE NO SE LES EXPULSE!, y mucho más…
En realidad, la solución es la Ley Sueca.
Referencia imprescindible: este artículo llamado:
‘La solución sueca a la prostitución. Por qué nadie intentó esto antes?
Os lo recomiendo, solo son un par de páginas pero fundamentales!
Más clarito, imposible!!
Y mientras tanto, en ese mismo País que publica los oprobiosos anuncios, otra Maruja (Torres) se descuelga con lo de siempre: lanza su rollo esteticista-decadente, esta vez con la excusa de las «putas». Qué original, sin denuncia alguna nos vuelve a colar esa visión «canalla» de Barcelona (y del mundo) que al fín y al cabo nunca sería lo mismo sin ellas…