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Hagamos memoria de otros saqueos

Interesante y completamente de actualidad el documental argentino ‘Historia del saqueo’, donde se cuenta la escalada neoliberal de las últimas tres décadas del siglo pasado. Allí vemos ingredientes a los que nos vamos habituando por aquí: deuda e(x)terna, ajustes estructurales, privatizaciones a precios de ganga, desempleo masivo, recortes de salarios y pensiones… Y planeando sobre todo este panorama, la connivencia entre quienes sacaban tajada, apoyándose en un consenso fabricado por ell@s mism@s y difundido convenientemente a través de medios de comunicación controlados (yo añadiría, como mecanismo importante, la legitimación de todo un conjunto de enunciados falaces e interesados por parte de la llamada ‘comunidad académica’). Todo es como un recuerdo del futuro por el que nos estamos adentrando los países PIGS.

Este saqueo (el nuestro) no ha hecho más que empezar, y no terminará sin una gran movilización social. Muchas personas siguen creyendo que saldremos de la crisis por inercia, según alguna ley natural como aquella de ‘todo lo que sube baja‘. Sin embargo, no hay que saber mucha economía para ver que las medidas que se están tomando no hacen más que profundizarla. Desde un punto de vista estrictamente ortodoxo, sabemos que el consumo interno no se recuperará con los recortes de salarios, pensiones, prestaciones y servicios públicos. Como recordaba Susan George, Ford decía que pagaba a sus trabajadores para que compraran sus coches. Ahora no hay mucha gente que pueda comprar, y la que puede no lo hace, simplemente porque cuando disminuye la seguridad la lógica reacción del público es el ahorro (y las cifras lo demuestran). Esta es una verdad de perogrullo que conocen todos/as los/as economistas, aunque sorprendentemente se pasa por alto.

¿Deberíamos confiar en que nos sacarán del hoyo las exportaciones y el turismo? Tampoco parece probable. Y el ‘cambio de modelo productivo’ no progresa. A la generación perdida de jóvenes varones que abandonaron sus estudios se añade la de niños/as pobres; y a continuación vendrá la de no niños/as, pues la tasa de fecundidad no para de bajar. El capital humano de las mujeres, que no paran de formarse, se despilfarra en aras de la pervivencia de un modelo social patriarcal. La potenciación de las energías renovables se abandona, casualmente mientras nuestros expresidentes Felipe Gonzalez y Aznar fichan por las grandes empresas depredadoras con sueldos super-millonarios (y eso es solo uno de los ejemplos que podríamos incluir en la película sobre este saqueo.- ojalá no tengamos que hacerla dentro de 20 años).

En los años de ‘bonanza’ (burbuja) anteriores a la crisis no aprovechamos la oportunidad para mejorar la distribución de la renta: la desigualdad creció, el nivel de pobreza infantil se mantuvo en un 25%, la red de servicios públicos no mejoró sustancialmente. Luego, en los primeros momentos de la crisis se tomaron medidas de aumento del gasto que en su gran mayoría no atendieron las necesidades sociales. Y ahora dicen que no hay dinero para nada social (aunque muchos otros gastos son intocables). Pero como señala Stéphane Hessel en este libro, es curioso que la Seguridad Social, que ahora se quiere desmantelar, se creara precisamente en la Europa paupérrima y destruida por la segunda guerra mundial. En realidad el ‘New Deal’ vino provocado por la ‘Gran Depresión, un fenómeno no radicalmente ajeno a lo que ahora estamos viviendo. En España, el gran desarrollo de la Seguridad Social también tuvo lugar en el periodo de la crisis de los años 70 y 80. Está claro que lo determinante para la política social no es el ciclo económico sino el ciclo político. O como decíamos antes, la ‘correlación de fuerzas’

Volviendo a la historia de Argentina, el documental muestra los estragos de las políticas antisociales, el complot de los poderosos y la pasividad de las clases populares ante el miedo de perder aún más (estupenda cita: ‘la desnutrición es una enfermedad socioeconómica y cultural que se soluciona poniendo a trabajar a todos los factores de la nación‘). Hasta que al fin el pueblo argentino se levantó. ¿Lo haremos nosotr@s? ¿Hasta dónde tendremos que llegar para despertarnos? Indignémonos porque como dice Tony Judt, algo va mal, pero que muy mal!

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