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8 de marzo: ¡permitido quejarse!

Un año más, el 8 de marzo celebramos el día de la mujer trabajadora. Los partidos, sindicatos y asociaciones de todo tipo sacan sus informes coincidiendo en que las desigualdades persisten y en que algunas aumentan. Los gobiernos nos ofrecen discursos ampulosos en los que se muestran indignados ante la desigualdad en el empleo, ante la falta de corresponsabilidad en los cuidados, ante la falta de paridad en la política o ante la persistente violencia machista, entre otros muchos temas. Las feministas nos mostramos indignadas. En resumen: indignación general, queja unánime. ¿Qué más?

El problema es que, en lugar de eliminar las desigualdades, los gobiernos se limitan a quejarse con nosotras. Y cuanto más fuerte se quejan más confunden sobre la naturaleza de los fenómenos y más esconden las medidas que ellos, los gobiernos, deberían tomar.    ….. ….    Ver entrada completa en El Diario Público

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