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ATH

La Asociación de Trabajadoras de Hogar de Vizcaya se emplea a fondo, desde 1986, para defender a las mujeres atrapadas en este tipo de ‘empleo’, para denunciar su situación y para pedir que se les condedan los derechos que ya tienen hace tiempo las demás personas trabajadoras.

Porque los derechos laborales de estas mujeres o no existen o se encuentran están muy disminuidos:  están fuera del Estatuto de los Trabajadores y del Regimen General. Y las mínimas condiciones del ‘Regimen Especial’ tampoco se aplican, ante la pasividad de la Inspección de Trabajo. Y las que están casadas, con la ayuda de la declaración conjunta y de la pensión de viudedad, se ven empujadas a la economía sumergida. ¿Cómo es que se mantiene esta situación?

Isabel Otxoa contesta: nunca le pasaría esto a un colectivo mayoritariamente masculino.

Las compañeras de la ATH saben que su reivindicación, aunque parece parcial, exige un cambio de modelo: el empleo precario de estas mujeres es un recurso que se ofrece a la clase media para mitigar la falta de servicios públicos y la no implicación de los hombres en el cuidado. Si tuvieran derechos, la franja de población que podría contratarlas sería aún más estrecha. Por ello, la única forma de arreglar extensivamente su situación es repartir y socializar el cuidado. Ello daría lugar a la creación de muchos empleos dignos y con derechos.

Así que la ATH trabaja cada día en lo particular y en lo general, con un tesón feminista admirable. No os perdáis su web!

También os aconsejo estas reflexiones de Isabel Otxoa y Mari Luz Estebanen torno al concepto de cuidados

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