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Tercera ola: ¡a las barricadas!

El verano parece que se va esfumando del Hemisferio Norte. Qué rica la playa, el sol, etC etC… Pero aquí estamos de vuelta, ¡y tantas cosas que hacer juntas! Este Otoño se presenta interesante, difícil pero interesante.

Vengo dándole vueltas a este razonamiento: 1) Creo que este otoño va a estar en el centro del debate el cambio de modelo productivo. 2) La igualdad de genero es un elemento central en este debate, pues es necesaria para el cambio y viceversa: el cambio es necesario para la igualdad de género (doble implicación). 3) A estas alturas, esta doble implicación está clara, sobradamente documentada y reconocida por las autoridades. 4) Siguiendo con el desarrollo lógico, de 1 + 2 + 3 deberíamos concluir que se presenta una oportunidad para impulsar un cambio en las políticas públicas para dejar de favorecer el régimen obsoleto de ‘sustentador masculino / esposa dependiente’ hoy altamente subvencionado.

Sin embargo, ¿en qué medida va a estar presente toda esta evidencia cuando se discuta la futura Ley de Economía Sostenible? Yo creo que no va a estar presente en absoluto. Es más, el Presidente Zapatero nos sigue anunciando aún más medidas de fomento de la contratación a tiempo parcial (que va justamente en la dirección contraria), y mucho más de lo mismo, de apuntalamiento de este modelo que, por más que sea ineficiente, tiene raices profundas y no va a cambiar por un impulso desde el propio estatus-quo (patriarcal, no lo olvidemos!).

En la UIMP, en el Seminario sobre Presupuestos Públicos e Igualdad de Género, reflexionamos sobre todo esto. Anita Nyberg nos explicaba cómo, cuando el mercado de trabajo está muy mal, medidas potencialmente negativas pueden tener mayor efecto. Y eso me preocupa especialmente en España, porque España es el país con mayor paro de Europa y porque se están potenciando estas medidas. No me preocupa tanto que no se den pasos adelante como que se den pasos atrás, como que se establezca la norma de que las mujeres trabajan a tiempo parcial (hoy aún no existente en España pero sí en Países como Holanda), o como la norma de que el cuidado de dependientes se ‘resuelve’ por la vía de las cuidadoras familiares (lo que, sigo recordando, se suponía que iba a ser ‘excepcional’ según la Ley de Dependencia, y ahora ya no parece tan excepcional). Me preocupa sobre todo este apuntalamiento del sistema patriarcal que nos estamos dejando colar a pesar de las buenas palabras, porque cada vez que se da un paso atrás se establece una norma muy difícil de revertir (y si no, que les pregunten a las suecas por el error de haber establecido la cláusula de transferibilidad de los permisos parentales en 1974).

A menos que… hubiera presión suficiente para forzar un golpe de timón. Estoy convencida de que esa presión solo puede venir de una  tercera ola de feminismo. Pero ¿dónde está esa ola que no acaba de llegar?  Se siente el malestar de las jóvenes atrapadas en el corsé de la diferencia sexual. Veo a muchas mujeres de mediana edad que han caído en las redes de la precariedad femenina. Observo a las mujeres situadas en puestos de responsabilidad que luchan contra viento y marea, aunque a veces se ven obligadas (o en todo caso eso creen) a defender públicamente medidas de sus gobiernos y de sus partidos que van en contra de las mujeres. Veo hombres que luchan por la igualdad. ¿Cuándo convergerán todos estos elementos y muchos más para formar esa tercera ola de feminismo que de un vuelco substancial a todo este tinglado?

Gertrud Astrom se refirió en Santander a cómo un grupo de personas no muy grande precipitó el cambio de orientación en los años 70 en Suecia. Dijo que no es difícil cambiar un país si se tiene la estrategia adecuada en el momento adecuado. Aunque sé que es difícil, me remito a la gran consigna de Mayo del 68: ¡Sed realistas, pedid lo imposible!

¿Alguna idea? para ir pensando, propongo como base el manifiesto feminismoantelacrisis porque contiene un programa de reformas estructurales. Pero es cuestión de seguir hablando…

En cualquier caso, ¡feliz vuelta al tajo!

Ah, y no os olvidéis del otro eslogan de Mayo del 68: ‘debajo del asfalto está la playa’

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Comentario

  1. Hay un problema con eso. La tercera ola ya vino y quizá se fue -o no- y otra cosa es que a muchas no les haya gustado y la ignoren. Teclea por ejemplo, «third wave feminist» en Amazon o en google y saldrá. la tercera ola surge en los 90 y es la que se identifica con el feminismo postmoderno, queer, cyborg, híbrido, lesbiano…como quieras llamarle. A las de la segunda ola no les gusta y suelen ignorarlo pero que ha estado aquí y ha cambiado algunas cosas; especialmente la manera en que nos pensamos. Tendrá que venir, en todo caso, la cuarta ola.