Este domingo (24 de Noviembre) participaré en el Café Filosófico que organiza Juan Trouillhet, esta vez con el interesante tema del fútbol.
No hace falta aclarar que cuando se dice fútbol debe entenderse ‘fútbol masculino’, de la misma manera, y con la misma ‘lógica aplastante’ (jeje), que cuando se dice ‘fútbol femenino’ debe entenderse ‘fútbol femenino’.
Me parece muy interesante este debate y espero que pasemos un rato muy agradable. ¡Estáis todas y todos invitadxs!
Mientras, desempolvo algunos post sobre estos asunto. Dos de ellos están escritos en momentos álgidos: uno en pleno mundial de futbol (masculino!) y otro en plenos juegos olímpicos (bastante masculinos!). El tercero trata de las cuentas del futbol (masculino, claro). Por último, este sobre el ajedrez. ¿El Ajedrez por qué? porque es una actividad intelectual, por tanto no relacionada con los ‘argumentos de fuerza’ (jeje) a los que se apela para defender la segregación sexual de la práctica deportiva.
Ah, y una referencia: este estudio oficial llamado «Ideal democrático y bienestar personal«, que no es ni más ni menos que el resultado de una encuesta sobre los hábitos deportivos de la población residente en España. Tiene algunos datos interesantes y concluye que la incorporación de las mujeres al deporte en igualdad de condiciones es una asignatura pendiente. Sin embargo, hay muy muy pocos datos desagregados por sexo. Increíble (es un decir) teniendo en cuenta que es posterior a la Ley de Igualdad, que obliga a publicar todos los datos desagregados. Y también muy incoherente: si hay que resolver el problema de la desigualdad de género en la práctica deportiva, tendremos que conocer en qué consisten estas desigualdades.
Eso sí, hay un subapartado sobre «la práctica deportiva de las mujeres» (el 7.3). Lo típico: diez páginas para analizar el «asunto de las mujeres», prácticamente ausentes en el resto de las 270 páginas.